He
 sentido inquietud por escribir sobre el nombre de Dios. Dios tiene muchos nombres. Recordemos que 
los primeros escritos bíblicos fueron escritos en arameo, luego se 
tradujeron al hebreo y más adelante en tiempos de Jesús El Cristo, el idioma 
oficial era el griego.
En
 la cultura de los israelitas, el nombre no es sólo indicativo de la 
identificación de un individuo. El nombre representa el carácter, la 
naturaleza, el ser, la esencia y refiriéndose a Dios además, los 
aspectos divinos que lo distinguen.
En
 el libro de Génesis aparece por primera vez el nombre de Dios: Elohim 
(En el principio creó Elohim los cielos y la tierra. Gén. 1:1), 
traducido como Señor. La palabra Elohim, expresa la idea de grandeza y 
gloria. Desde Génesis 1:1 hasta Génesis 2:4 sólo se usa este nombre de 
Dios (35 veces) indicando su gran poder para dar existencia a todas las 
cosas. También, se deriva del verbo ALAH (jurar), y describe a alguien 
que está bajo un pacto que debe ser ratificado mediante un juramento. 
(Entonces se acordó Elohim de Noé y de todos los animales y todas las 
bestias que estaban con él en el arca; e hizo pasar Elohim un viento 
sobre la tierra y disminuyeron las aguas. Gén. 8:1). Otra característica
 muy interesante sobre este nombre es que Elohim es una palabra en 
plural, tiene la terminación hebrea para todos los nombres masculinos en
 plural. Sin embargo, aunque este nombre está en plural va acompañado de
 pronombres, verbos y adjetivos en singular (Entonces dijo Elohim: 
«Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y 
tenga potestad sobre los peces del mar, las aves de los cielos y las 
bestias, sobre toda la tierra y sobre todo animal que se arrastra sobre 
la tierra». Gén. 1:26)
En
 el libro de Éxodo, Moisés le pregunta a Dios su nombre, después de ver 
la zarza ardiendo y mantener una conversación con Dios, en la cual 
recibe su llamado. (Éxodo 3:13 Dijo Moisés a Dios: –Si voy a los hijos 
de Israel y les digo: “Jehová, el Dios de vuestros padres, me ha enviado
 a vosotros”, me preguntarán: “¿Cuál es su nombre?”. Entonces, ¿qué les 
responderé?).
El
 nombre más importante de Dios es el que se escribe con el tetragramatón. 
Son cuatro letras YHVH o YHWH equivalentes en el español. En el hebreo 
las letras se llaman: yod-heh-vav-heh, el tetragrama: יהוה; lo que asume en el castellano la pronunciación: Yahveh, Yavhé, ó Jehová.
Sin
 embargo, según la tradición judía el nombre de Dios (YHVH) no puede ser
 pronunciado debido a la reverencia que representa. Su uso era exclusivo
 para el Sumo Sacerdote en el Templo. Actualmente no es pronunciado, 
pues ya el Templo de Jerusalén no existe. Al referirse a Dios, dicen 
Adonai que literalmente significa “mi Señor”. En conversaciones diarias 
los judíos llaman a Dios HaShem o Shema que en hebreo significa “el 
Nombre”.
Esto
 sucedió debido a que luego de la destrucción del primer Templo de 
Jerusalén, la nueva generación judía en exilio se olvidó de la 
pronunciación de YHVH (Yahveh). Pasados los siglos, los estudiosos del 
antiguo idioma judío, cuya lengua madre era el latín, empezaron a poner 
vocales entre las consonantes del idioma hebreo. Cuando les tocó colocar
 vocales en la palabra hebrea YHVH encontraron ciertas dificultades, ya 
que no conocían la pronunciación original de las cuatro consonantes que 
en las letras del castellano corresponden a YHVH y en letras latinas a 
JHVH, y como por respeto se debía decir: Adonai en vez de Yahveh, 
agregaron tres vocales de la palabra Edonay: e, o, a (otra variación de 
Adonai); y resultó Jehovah en latín. Es decir: tomaron las 4 consonantes
 de una palabra (J H V H) y simplemente metieron tres vocales de otra 
palabra (Edonay) y formaron así una nueva palabra: Jehovah, que es el 
arreglo de dos palabras en una.
Está
 claro que la palabra Jehovah nunca ha existido en hebreo. En las 
primeras traducciones de los escritos bíblicos, por los años 1.600 en 
todos los idiomas de la época, se adoptó la palabra Jehová. En el libro 
de los Salmos es común encontrar la abreviación del nombre de Dios: Yah o
 Jah.
Abraham,
 Isaac y Jacob no conocieron a Dios por el nombre de Yahveh,  Dios Yahvé /YHWH, éste es el tetragramatón . Ellos le 
conocieron con el nombre de Elohim (Dios poderoso para guardar el pacto)
 y también con el nombre de El-Shaddai (Dios Omnipotente). Habló Elohim a
 Moisés y le dijo: –Yo soy Yahveh. Yo me aparecí a Abraham, a Isaac y a 
Jacob como El-Shaddai, pero con mi nombre Yahveh no me di a conocer a 
ellos. También establecí mi pacto con ellos, para darles la tierra de 
Canaán, la tierra en que fueron forasteros y en la cual habitaron. Ex. 
6:2-4
La
 palabra “El” indica fuerza, poder y omnipotencia. La palabra “Shaddai” 
significa, o sea, uno que nutre, suple y satisface. Al unir el 
significado de ambas palabras tenemos: “el Poderoso que nutre, suple y 
satisface”. El-Shaddai es el Dios Omnipotente en generosidades. La 
omnipotencia de Dios es de “pecho”, es decir, de amor generoso que se 
derrama a otros.
También  habla La Biblia de Yavé Sebaot y Yavé Shalom.
En
 la zarza ardiente Moisés en respuesta a su pregunta, escuchó el nombre 
“EHEYEH-ASHER-EHEYEH”, traducido: “YO SOY EL QUE SOY”, el Creador no 
creado que no depende de nada ni de nadie más. En la escritura 
encontramos a Dios hablando de sí mismo:
Así
 dice el Señor Rey de Israel, y su Redentor, el Señor de los ejércitos: 
Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios. 
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